miércoles, 11 de julio de 2012

La extinción del cine Español



El pasado Abril, el gobierno, con la varita de los recortes, anunciaba la redución de un 36%  a las ayudas al cine Español. Una redución de más de 35 millones de Euros cuya aplicación se hizo efectiva de forma inmediata y que afecta, fundamentalmente, al Instituto de Cinematografía y Artes Audivisuales, (ICAA) y al Fondo de protección de la Cinematografía. Un duro revés para una Industria que no remonta y que le lleva hasta casi la extinción.
Quizás es convieniente recordar varias cosas. En primer lugar, que el cine no es inversión, es CULTURA y la RAE define este término como "Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico". En este sentido no deberíamos juzgar el cine como mera inversión, como un producto que genere más o menos rentabilidad. Deberíamos preocuparnos de la calidad y el Arte, para que la sociedad se desarrolle con plenitud y de forma objetiva. Hasta que los políticos no entiendan esto, el cine patrio estará destinado al fracaso. Y la sociedad también.
Hacer una película no es fácil. Cualquier amante del séptimo arte lo sabe. Basta solo con echar un vistazo a los créditos de cualquier cinta para darse cuenta de la cantidad de personas que trabajan con un único fín. El de entretener o hacer sentir. Cantidad de herramientas, útiles, personal y cabezas pensantes en la preproducción, la realización de la película y después en la postproducción. Miles de puestos de trabajo que originan además nuevos puestos alternativos en la promoción de la película, (distribuidores, Exhibidores, publicitas...). Una Industria grande y compleja que genera trabajo y que a la vez genera riqueza cultural y social. Esa es la verdadera rentabilidad del cine. O esa, al menos, debería ser.
Deberíamos de abrir la mente a nuevos proyectos. A lo mejor no es mala idea que las empresas privadas participen en este costoso espectáculo, que busquen su publicidad a partir de la producción de películas. O que el gobierno tomara medidas beneficiosas. En Francia, por ejemplo, disponen de un fondo de apoyo al cine proveniente de tasas por las entradas al cine, (que sin subir precios, establecen porcentajes para que una parte se destine a este fondo con independencia de la nacionalidad de la película visionada), o una tasa cobrada a cadenas de televisión a cambio de su emisión en estreno. Además si una película logra un éxito importante de Taquilla, (vease, este año, Intocable, con más de 19 millones de espectadores), el productor cuenta, de forma automática con un monto importante de diner para invertir en próximos proyectos. De esta forma, la cuota de pantalla de cine frances nunca baja del 34%. Algo impensable ahora en España cuando la cuota es de apenas (y con suerte) de un 14%. En Colombia, por ejemplo, tal como nos decía para PonteCine el cineasta Oscar Hincapié, por cada 100 pesos que se invierte en cine, el productor tiene derecho a deducirse en su declaración 125. Condiciones muy buenas en las que, al final, ganamos todos.
Es necesario reinventarse. En necesario y urgente. Paco León lo ha hecho estrenando su película, Carmina o Revienta,  a la vez en cines, internet y DVD. Es una posible solución, aunque hay otras muchas. Todo pasa por crear una buena historia y moverse por el mundo. Internet es clave. Los productores de cine lo saben aunque se niegan a aceptarlo. Es solo cuestión de tiempo. Ojalá en Cine Español sobreviva mientras tanto.

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