miércoles, 23 de mayo de 2012

Perdidos. Dos años sin Lost


Antes que nada, quiero pediros perdón. Se que este es un Blog de cine, pero es que estoy melancólico y a fin de cuentas esta serie, ya mítica, ha llenado de guiños el mundo del séptimo arte. Hoy recupero LOST tras dos años de su muerte.
Jack Shepard, Perdidos
Recuerdo perfectamente como empezó todo, como un buen amigo me prestó todos sus DVD de la serie para que "viera LOST en condiciones", el mismo que después me alentó a que dijera "LOST" y no "Perdidos", (Los que hemos visto la serie desde el principio estamos ya acostumbrados a decirlo en Inglés, el español vino más tarde, me decía). También recuerdo el final. Quedamos en su casa, la de mi amigo, y pasamos la noche "perdida" viendo los capítulos más importantes y disfrutamos y lloramos con el temido final, (a pesar de que la emisión en España se saltó una parte del capítulo). Aún hablo con él de eso, de esa sensación al acabar y del regusto de haber visto una inolvidable serie.
Nunca, hasta ese momento, se había vivido un fenómeno como aquel. En España, el camino de la serie tuvo varios tropiezos. Empezó en la televisión pública pero duró poco. Los que vivimos enganchados a ella, tuvimos que verla en Inglés, con dificultades a veces, demostrando que la serie nos importaba y que estabamos dispuestos a hacer cualquier esfuerzo, con más razón si es posible despues de cada final, todos ellos impactantes, que te dejaban un rato en la silla,  mudo y muy quieto mientras las letras en blanco sobre fondo negro aparecían de pronto en la pantalla con un sonido grave y contudente. Años más tarde, Una cadena privada compró los derechos y fue la que le dió realmente un empujón definitivo y la que la acercó a un público más general logrando incluso algún premio internacional por sus campañas que llegaron a emitirse como promos de la propia serie en EEUU. En esa cadena muchos vivimos en directo su final, y todos coincidimos en que hasta la fecha, no se ha logrado algo igual.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=x6W9Zlazxes[/youtube]
Y es que LOST es una serie para los amantes del Destino. Todo aquel que crea que el futuro ya está escrito, disfrutarán cada capítulo. Enloquecerán cuando descubran todan las conexiónes entre los protagonistas, cuando revivan sus pasados, cuando vean confirmada la teoría de los seis grados, (aquella que dice que todos estamos conectados solo con conocer a seis personas). Todo en LOST estaba ya preparado para que ocurriera como ocurre, algo que me apasiona y algo en lo que creo profundamente.
Perdidos, como leí hace un par de años en un blog, era y es una serie de Letras, no de Ciencias. No pretende explicar ningún misterio creado. Nunca lo ha hecho. No importa el Porqué, importa únicamente el Quién y el Dónde. Por eso su final fue tan polémico. Los detractores, (todos hombres de Ciencia) anhelaban una respuesta para todo, buscaban una solución mascada y servida en bandeja... pero eso hubiera sido un error. En lugar de eso, LOST siempre a contado un viaje, el de Jack Shepard, (Quién) y su conexión con la isla, (Dónde). Una isla en la que no importaba lo que hubieras sido, una isla en la que empezar de cero. Una personificación de un "Dónde" en estado puro, una metáfora de un viaje con un principio y un final. Todo lo demás no importa. Es como ver una manifestación artística, un cuadro o un monumento. Disfrutas del resultado, lo observas detenidamente, y luego lo ves marchar. Solo las personas de letras saben de lo que hablo.
Vaya desde aquí, mi homenaje, dos años después de su final, a la mejor serie de televisión creada hasta la fecha. Con sus luces y sombras, toda una poesía al Destino y al espectáculo. Ya no hacen series como esta.
Algo murió dentro de mí ese 23 de Abril de 2010. Seguro que a mi amigo le pasó lo mismo.

martes, 15 de mayo de 2012

Versus del mes: Sombras tenebrosas (The Dark Shadows) Ismael Vs Antonio




Tim Burton lo ha vuelto a hacer. Duramente criticado por su último estreno, tal como pasó con El Planeta de los Simios o Alicia en el país de las maravillas ha conseguido, sin embrago, un gran éxito en taquilla. Sus seguidores le aclaman y le siguen y persiguen por títulos tan brillantes como el ya lejano Eduardo Manostijeras o la algo más reciente La novia cadaver. Es un director con un universo propio que gusta y disgusta a partes iguales y del mismo modo, nuestro blog se encuentra dividido. Empezamos una nueva sección en la que nuestros críticos se verán las caras para defender o atacar una película polémica. Muchas son las razones para ver o no ver esta última creación de Burton. Ismael Cruceta y Antonio Godino nos dan los detalles para valorar la película y decidir si merece la pena ir o no al cine este fin de semana.

ARGUMENTOS EN CONTRA PARA SOMBRAS TENEBROSAS. ISMAEL CRUCETA
  •  Destruir una estética visual tan cuidada con un maquillaje tan poco creíble y de tan poca altura es todo un sacrilegio. Por no mencionar los dedos y las uñas alargadas del vampiro Barnabas Collins. ¿De verdad era necesario ese histrionismo y ese mal gusto?

  • La película apenas consigue despertar alguna “sonrisilla”en el espectador y en un par de escenas fuerza la carcajada efímera, pero el tono de comedia en general es totalmente fallido.

  •  El ritmo, tras el prólogo inicial, avanza a marchas forzadas. Le falta color y dinamismo. El conjunto es tan monocromático y estático que parece mentira que estemos viendo una película del creativo Tim Burton. ¿Dónde ha quedado la brillantez de Eduardo Manostijeras y la lucidez de Sweeney Todd: el barbero diabólico de la calle Fleet?

  •  Johnny Depp empieza a agotar en sus papeles excéntricos. El que parecía un actor versátil (me gusta y siempre le he defendido) peca en sus elecciones interpretativas. ¿Cuándo le vamos a verle lucirse en un drama? ¿Haciendo de persona normal, simplemente? En Sombras tenebrosas no consigue una actuación digna de elogio, está correcto, sí, pero ya no sorprende como sorprendió antaño. Una lástima. ¡Vuelve Johnny!

  • Tim Burton demuestra ser un director demasiado irregular, por cada buena película estrena dos producciones que disgustan. En Alicia en el País de las maravillas, con ese guión tan desastroso, consiguió, al menos, unos efectos especiales y un color que llamaban la atención. Burton Suele funcionar en taquilla por la legión de seguidores fieles que tiene, pero su universo, a nivel cinematográfico, comienza a desmontarse.
En definitiva, una película a la que tacharía como “entretenida a duras penas”, vacía de carácter y con dos estrellas que no siempre logran brillar: Tim Burton y Johnny Depp, director y actor encorsetados en la excentricidad y en el humor terrorífico que amenaza con la putrefacción.

ARGUMENTOS A FAVOR PARA SOMBRAS TENEBROSAS. ANTONIO GODINO
  • Es Tim Burton en estado puro. Todo aquel que adore a este director, que sienta esa estética como suya y que le apasionen sus historias, difrutarán mucho con Sombras Tenebrosas. Tiene todos los ingredientes de Burton y no les decepcionará.

  • Del mismo modo, Johnny Depp vuelve a hacer lo que mejor sabe. Es muy dificil hacer papeles extrambóticos y extraños pero él es el maestro absoluto para eso. La combinación Burton- Depp vuelve a funcionar y los amantes de uno y otro quedarán satisfechos con el resultado. A veces lo dificil es mantener las esencias y, aunque los productos sean distintos, las del director y actor se quedan intactas.

  • La historia ambientada en los años 70 le otorga un aire muy nuevo. Tanto el vestuario, muy cuidado, lleno de colores marrones y oscuros, (como debe ser)  como la música que acompaña a toda la historia, convierten a Sombras Tenebrosas en una comedia entretenida, que te hará bailar desde tu asiento recordando los clásicos setenteros.

  • Si bien la película atraviesa diferentes altibajos, (atención al Prólogo, para mí lo mejor de la cinta), en general el resultado es positivo. Logra que la historia se entienda como una totalidad, algo muy dificil teniendo en cuenta que está basada en la serie de televisión del mismo nombre y que se mantuvo en antena, atención, ¡¡ 5 AÑOS !!

En definitiva, Tim Burton se mantiene en plena forma y además haciendo lo que más le gusta. Un hombre con una mente clara que ofrece productos que son suyos y de nadie más, como no puede ser de otra forma. Un genio absoluto que llena las salas de cine... y que nos enseña en imágenes nuestros miedos más auténticos.
Y tú, ¿Sombras tenebrosas SÍ o Sombras tenebrosas NO?, ¿Con cual de nuestros críticos te quedas?

El resultado de la votación fue:

EMPATE TÉCNICO


domingo, 13 de mayo de 2012

Un lugar donde quedarse (this must be the place)


Primerísimos primeros planos. Unos labios abiertos a los que se le aplica una fina capa de rojo intenso y un lápiz negro colorea el exterior de un ojo que nos descubre un azul sorprendentemente vivo. Todo está demasiado cerca, todo es demasiado íntimo. Entonces aparece un hombre mirandose a un espejo y descubrimos su rostro Gótico, extremadamente pálido y nos asombra su lamento oculto, esa sensación de cotidianeidad. Así de simple y sincero es el cominezo de Un lugar donde quedarse, (This must be the place), el éxito de Paolo Sorrentino que ha conseguido 14 nominaciones en los premios David di Donatello, (Los "Oscars" Italianos) y el premio Jurado Ecuménico en el pasado Festival de Cannes.

Es la historia de una vieja estrella consumida por los vicios, de "un cantante triste que hacía canciones tristes para adolescentes tristes" como él mismo se define en la película y que ahora, ya retirado y con una gran fortuna, se descubre repitiendo los mismos lugares y costumbres. Algo que le consume poco a poco. Y que queda muy bien reflejado en la película en la que el personaje interpretado por Sean Penn se deja llevar por la vida, sin cuestionar nada, sin preocuparse por el presente o futuro. Solo intenta sobrevivir a la pesadilla del pasado, una imágen que aún está muy viva, y que intenta sobrellevar con el peso del hastío. un aburrimiento por la vida que es muy dañino, pues representa la apatía absoluta, la muerte lenta del individuo en vida, algo que finalmente no pasa debido a la evolución del personaje, que poco a poco va a más.

He de reconocer que tenía miedo por Sean Pean. Es uno de los mejores actores de la actualidad y un papel tan peligrosamente atractivo puede acabar con cualquier futuro. No es el caso. Penn no defrauda y logra una conexión especial con el personaje, que sobrepasa la pantalla y se transmite al público, y que nos hace sentir su tedio primero y su energía brillante después, empatizando con él y transmitiendo una gran ternura y sobre todo un gran respeto. Sean Penn sigue siendo el mejor actor de esta década y seguirá siendolo por un tiempo. El resto del reparto está correcto, solo eso, señalando quizás a Eve Hewson, que se enfrenta cara a cara con Penn y logra sobrevivir, que no es poco.
En general la cinta es correcta, con algunos momentos emotivos y dignos de recordar. Momentos en los que se habla de la vida y de nuestro paso por ella, con un guión que siempre se agradece y que personalmente, a  mí  me gusta mucho ver. Quizás sea una película en ocasiones demasiado filosófica, en la que perdemos el hílo de lo que sucede y en la que sobran algunas partes que, aparentemente, no tienen conexión con la historia principal. Aún así, me quedo con ella y la guardo en el archivo. Mis amigos siempre dicen que soy un sentimental...


miércoles, 9 de mayo de 2012

La fila 11. Diferencias norte y sur, en el cine también


Este fin de semana me han puesto delante de los ojos algunas diferencias entre el norte y el sur. Diferencias a nivel económico, social, político. Diferencias a nivel humano también. Pero como esto es una página de cine, he buscado esas diferencias norte-sur en el séptimo arte, sobre todo, porque he tenido la oportunidad y la suerte de poder asistir a dos de los festivales cinematográficos más importantes de España. Estuve, el pasado octubre, en la última edición de la Seminci de Valladolid y regresé hace unos días del 15º Festival de Cine Español de Málaga. Las diferencias que os traigo aquí son anecdóticas, nada tienen que ver con las otras que mencionaba al principio. Pero de algún modo, son un buen ejemplo de las diferencias del norte y el sur que encontramos, incluso, dentro de España y dentro del cine.



Es obvio que los dos festivales son completamente diferentes, tanto en el fondo como en la forma. Mientras que el de Málaga lleva 15 ediciones (digamos que está en plena adolescencia) el de Valladolid lleva 56 años, y ya conocen el dicho: “sabe más el diablo por viejo que por diablo”. En el de Andalucía “sólo”se ven películas nacionales, mientras que en el de Castilla, pudimos ver, en esta última edición, producciones, además de españolas, otras que vinieron de Francia, Italia, Bélgica, China, Israel, Canadá o Finlandia, incluso dos de ellas, Profesor Lazhar e In Darkness, consiguieron nominación en los últimos Oscars. Pero no es esto, tampoco, lo que quiero destacar. Lo que me ha llamado la atención, sobre todo, es el carácter.
Sí, el carácter. Porque más allá del tipo de cine, el tipo de público es completamente diferente. En Valladolid no se cortan demasiado si una película no gusta y patalean –literalmente- en la sala para demostrarlo. Tengo la sensación de que son más exigentes, entiéndanme, no quiero desprestigiar, en absoluto, ni a unos ni a otros, simplemente poner de manifiesto mis percepciones. Y el nivel de cinefilia y gafapastismo era mayor en la Seminci. Las películas, en el norte, son más dramáticas, casi todas dramáticas. Si asistí a nueve proyecciones, presencié nueve dramas. En algunos se aplaudió, en otros fue ni frío ni calor, alguna pataleta hubo cuando acabo alguno de los filmes. Y eso que estamos hablando de directores de la talla de Nanni Moretti o los hermanos Dardenne.


En Málaga la cosa ha sido más amable. Muchos debutantes, algún ídolo de jovencitas, un poquito de cine púber y palomitero, algún drama descafeinado y también comedia, como Carmina o revienta, la ópera prima de Paco León, un falso documental que consiguió la Mención especial del Jurado y el Premio a la Mejor Actriz para la “primeriza” Carmina Barrios. Pero lo más increíble de todo fue que tras el pase de la película (una película divertida y enraizada, una película andaluza “por los cuatro costaos”) es que el público allí presente se levantó, se puso de pie y ovacionó al director y a la actriz. Ovacionó de verdad. No aplausos y ya. Fue algo increíble, de verdad, en un nivel “semanasantero”,podríamos decir. Tanto que Carmina se puso a llorar. Y el público, ya de paso, también. Muy emocionante.
Y es que, por mencionar diferencias, hasta el tiempo es diferente. En Valladolid se celebra en octubre, y hacía bastante frío y lluvia. Pero quericas tapas nos comimos. En Málaga hacia un sol que daba hasta pena meterse en la sala. En fin, dos festivales completamente diferentes y como esto es cine, ganamos todos, ganamos siempre. Tan sólo hay que saber en cuál de ellos se encaja mejor. Aunque los amantes del cine, seguro, disfrutaran de ambos. Yo, al menos, así lo he hecho. En definitiva, unas diferencias que son una prueba de la riqueza y de la diversidad de nuestro país. Lástima que no todo el mundo sepa apreciarlas.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Desde un pequeño rincón de Madrid. Porque puedas encontrarme desde la Laguna, desde Buenos Aires, o desde donde sea…


Pelicula Martin h

Martín Hache es la vida, es la nostalgia, es el reencuentro. Martín es un adolescente que no tiene ni pajolera idea de adónde va ni de dónde viene. Martín es un señor, un señor pero con mayúsculas, de esos que usan un saco y ostentan de laboro, pero en cambio se queda como niño cuando le exigen exigirse a sí mismo. Martín es la huída de la ciudad, es la añoranza. Martín no es una persona, son miles. Martín eres tu. Martín es esa bellísima dama a la que no consigues sacar, ni conseguirán nunca, de esos malditos antros de música punk. Martín somos todos los “tarados”que descubrimos a Borges en la senectud (sí todos igual de celosos de ti Buenos Aires, que todos queremos para nosotros solos, imposible aprender de todo lo malo). Martín es una vida que pasa poco a poco, tan sibilinamente que nunca fuimos conscientes de lo que perdimos en ese acantilado al borde de la locura, el de las rocas escarpadas, al borde de los meteoritos que destruyeron la tierra. Martín es Johnny rehabilitado, porque algún día lo necesitó y descubrió aquél adolescente del que nunca debió desprenderse.
Martín Hache es una película argentino-española de 1997 que me enseñó a vivir de otra forma.
Martín Hache es una película de Adolfo Aristarain, pero son tantísimas cosas que uno se queda corto al intentar resumirlas, porque Martín son tantos personajes, tantas vidas, que uno es incapaz de no verse identificado entre sus estrambóticos personajes.
Porque todos sentimos la necesidad de explotar que Alicia acaba llevando a cabo, porque no nos sentimos queridos. Porque Marina nos abandonó, no nos quiso, se fue con aquél maldito imbécil que pitaba faltas y tarjetas, y jamás la recuperamos. Una vez vino y nos miró mal y no paramos ni una, porque esa es Alicia, ella jamás levantó cabeza, Y tú por supuesto tampoco.
Martín Hache es una sentencia de muerte, es un puñetazo en la boca del estomago, ahí, justo en la entrepierna también, donde más duele, y te dice lo que sientes, pero sin tapujos, te dice lo que hay y ya está. Que ya está bien de esconderse detrás de tonterías, detrás de excusas, detrás de esa timidez congénita, y transgénica también, de esas barcas y traineras que te cruzaban la bahía para reencontrarte con la nostalgia. Una nostalgia ya perdida, de padres que te piden que SEAS o que LEAS o que VIVAS o que HONRES, que les demuestres que SIRVES de algo. Que ya está bien de eso.
Martín Hache son tejados sin ornamentos, son tejados sosísimos, sí oigan sí, de esos tejados que están tan horrible y absolutamente desubicados que dejan huella en uno mismo. Martín Hache son el olor a mar, a humedad, ese olor que en los días de verano se hace insoportable, se te mete entre los huesos y te impide escapar, recordando aquéllos maravillosos días (al son de Joe Cocker por supuesto).
Pero llega un día en que todo cambia, en que Joe Cocker se convirtió en un vejestorio del que casi nadie sabe, en que Loquillo apareció en entrevistas de Libertad Digital, días en que el Nueva Visión cerró sus puertas. Llegaron los días en que reapareció un acantilado al final del camino, con un sendero ineludible plagado de moras azules y amoratadas, al final del cual sólo cabía el abismo.
Esos días en que el camino te dirige hacia la “merca” hacia el dealer de nariz puntiaguda que te pregunta por ti, porque sabe que no podrás negarte mucho más. 37 pastillas y ron, la mezcla que nunca falla.
Todo ello es Martín Hache.

 
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