miércoles, 28 de marzo de 2012

Desde un pequeño rincón de Madrid. Sobre el suicidio de la posmodernidad urbana en un Hipódromo de Las Vegas



Navegando por la web el mes pasado he podido darme cuenta de algo que no me ha hecho mucha gracia la verdad, y es que creo que en la blogsfera no ha calado del todo bien el mensaje de Shame, o no se ha entendido del todo esta película, recogiendo entradas y comentarios bastante críticos, pero también muy pueriles.
Como sabréis, Shame es una de las películas más señaladas que la hornada del mes pasado nos deparó en las salas de cine, la última peli del irlandés (aunque no lo parezca) Steve McQueen y del actor alemán Michael Fassbender, con la inestimable colaboración de la preciosa Carey Mulligan. A la hora de valorar una película de un modo más o menos objetivo, tengo tres fuentes a las que recurro en primer lugar:
1º. La taquilla: dado el innegable carácter de negocio que tiene la industria del cine, por lo menos la actual, la taquilla es quien decide si una película se convierte en un acierto o en un fracaso, así de simple. Lo cierto es que las cifras de taquilla de Shame, teniendo en cuenta el tipo de película que es, no están nada mal.
2º. La crítica: más especializada en diversos medios, papel y webs, con palabras más que favorables tanto para las dos actuaciones principales de la cinta como para su director.
3º Y por último, pero no por ello menos importante, la comunidad de blogs sobre cine que hay en la web: y es aquí donde me he sorprendido al encontrar bastantes críticas negativas, incluso sarcásticas sobre el bueno de Fassbender o la pobre Mulligan.
La verdad es que no suelo alinearme del todo con ninguna de las tres, pero sirven para hacerme una idea de lo que voy a ver en pantalla, y cuál es mi sorpresa al ver que me siento perfectamente identificado con los dos primeros, mientras que me alejo en exceso del tercero.
Y es que Shame es una película contemplativa, sí, pero para nada tiene un ritmo narrativo lento, porque en una película no siempre se cuentan historias con palabras, a veces su mayor lirismo y dramatismo se encuentran en miradas, en gestos, en actuaciones aparentemente grotescas o sin sentido. Shame es una película de este estilo, es la educación sexual de dos hermanos que queda marcada profundamente por un hecho de la infancia, determinando su desarrollo personal hacia caminos diferentes, pero igualmente dramáticos.
Shame es una oda hacia el cine más sensorial, porque se basa en que el espectador sea cómplice de la cinta a través de lo que percibe en la pantalla por lo que ve y por lo que escucha. No es de extrañar, por tanto, la calidad de sus imágenes como de su banda sonora. Nos regala imágenes para el recuerdo: un sórdido club de citas homosexual, una carrera nocturna por Nueva York con una larguísima secuencia, imágenes de lo más eróticas en el metro de la ciudad, etc. Pero sobre todo, nos regala una historia de inadaptados, de dos hermanos que viven la misma tristeza de forma diferente, posiblemente Carey Mulligan lo explique mucho mejor que yo en esa versión terriblemente deprimente de New York New York.
Esto y nada más es lo que se esconde tras lo más evidente y pueril de la película.
La última parte del artículo se la quiero dedicar a una serie que me ha enamorado, la serie que más cerca ha estado de hacernos sentir algo parecido a lo que vivimos con Los Soprano (con el permiso de Deadwood, hay que ser justos), y que ha sido tristemente cancelada, la producción de Dustin Hoffman y Michael Mann Luck. Nos encontraremos en un hipódromo de Las Vegas, en la piel de corredores de apuestas, ludópatas, mafiosos chinos, e italo-americanos corruptos que también recordarán un poco a la Casino de Scorsese. Y es que si Deadwood era Los Soprano en el Oeste, Juego de Tronos era Los Soprano enla Edad Media y Roma Los Soprano enla Antigüedad, ahora nos encontramos con las mismas relaciones de poder entre caballos.
Tristemente cancelada, al parecer no ha superado las críticas y presiones de diversas asociaciones de animales, que se mostraron contrarias a la continuación de la 2º temporada con motivo del fallecimiento de 3 caballos en accidentes del rodaje. Sin más, habrá que esperar a la próxima colaboración Mann-Hoffman (que no está muy lejana).

sábado, 24 de marzo de 2012

Una aventura extraordinaria de Ken Kwapis

Estamos ante un clásico. Una película basada en hechos reales donde un grupo extraordinario y de lo más variopinto de hombres y mujeres se une para salvar a unos animales indefensos. Típica para llorar durante un buen rato, cosa que he hecho de manera indiscriminada durante la última parte del metraje.
La película está interpretada por secundarios de lujo, que el gran público está más acostumbrado a ver en la pequeña pantalla como a Kristen Bell, la sufrida hija de Kiefer Sutherland en la primera temporada de 24, que en esta ocasión interpreta a una ambiciosa reportera en busca de la noticia que la lance a la televisión nacional. O el conocidísimo Ted Danson, al que los seguidores de la caja tonta recordaremos como Becker, el hermano mayor de House y por lo tanto el primer médico con muy mal genio que apareció en nuestros hogares. En esta ocasión le vemos interpretando a un magnate petrolero que se une a una activista de Greenpeace para salvar a la familia de cetáceos. ¡¡Lo que hay que ver. Sin duda producto de la magia del cine!!.
Pero la gran y absoluta protagonista de esta cinta, si exceptuamos a las ballenas claro, es la niña mimada de Steven Spielberg, Drew Barrimore, que da vida a una activista cabezota y pesada de Greenpeace.
Producto enteramente familiar que entretiene desde el principio y por el cual merece la pena pagar una entrada para ir a verla al cine. Pero lo más importante, llevaros a vuestros hijos, a unos niños mayores ya que a partir de los 8 años comprenderán a la perfección el mensaje ecologista que se lanza casi desde el primer momento. A lo mejor conseguimos que las futuras generaciones se conciencien mucho más que nosotros y salven lo poquito del planeta que les vamos a dejar en pie.
Es muy, muy recomendable para pasar un rato agradable.

lunes, 19 de marzo de 2012

Tan Fuerte, tan Cerca de Stephen Daldry



Stephen Daldry lo ha vuelto a hacer. De nuevo nos deja con el corazón roto y el alma un poco más pequeña con su úlimo drama Tan Fuerte, tan cerca que cuenta una historia de superación y búsqueda personal, con el transfondo de los atentados del 11 de Septiembre y sus consecuencias aún visibles en una población que no imaginaba lo que ocurrió y que aun se estremece.
No veremos en la cinta nada morboso sobre los atentados. La historia se centra en la búsqueda de un niño, el cual, al desparecer su padre, intenta buscar la pista de una llave que encuentra en un armario y que sospecha le dejó su padre para que encontrara lo que abre y así obtener un último recuerdo de él. Por el camino descubrimos un Nueva York aún triste y desolado, que intenta buscar consuelo en el tiempo y que todavía se encoje y se hace pequeño ante lo que ocurrió. Un nueva York que me encanta y que se muestra más melancólico que nunca, con el Central Park como punto de encuentro y que viene y va durante toda la película.
Y todo encaja una vez más. Daldry sabe llevarnos donde quiere y nos vuelve a sorprender. Sabe dirigir y sabe tambien elegir a sus estrellas. Si en Las Horas descubríamos a una Nicole Kidman brillante en uno de sus mejores papeles con el apoyo de Meryl Strreep y Julianne Moore y en El Lector conseguía que Kate Winslet se hciera por fín con su Oscar, en esta ocasión consigue lo imposible. Logra que nos encante Sandra Bullock, que disfrutemos con ella, que la entendamos y suframos con ella. Debe estar orgullosa esta actriz ya que sin lugar a dudas es el mejor papel de su carrera, por mucha estatuilla que consiguiera años atrás. Igual pasa con Tom Hanks, algo oxidado desde su último estreno y que vuelve en plena forma, al igual que la fantástica Viola Davis, que apenas sale en la cinta pero que se convierte casi en protagonista y el pobre de Max Von Sydow que consiguió la nominación al Oscar por un papel en que no habla ni una sola vez. Aunque si hay que destacar a alguien en especial es al protagonista de la película, el niño interpretado por Dennis Hearn y que logra salir airoso en su primera película gracias a su carisma e inocencia, algo que Daldry también sabe hacer muy bien como demostró con Billy Elliot, encontrando a un jóven Jamie Bell que llenaba la pantalla con su sonrisa e ilusión.


viernes, 16 de marzo de 2012

La fila 11. Crónica de la La montaña rusa


Crónica de la presentación de LA MONTAÑA RUSA, la nueva comedia de Emilio Martínez Lázaro



Texto y fotos: Ismael Cruceta

Hoy viernes llega a las salas de cine españolas la nueva película de Emilio Martínez Lázaro: La montaña rusa. Y se estrena casi cinco años después de Las trece rosas, una película que consiguió, nada más y nada menos, que cuatro premios Goya. Ahora, el director regresa a la comedia, un género en el que no se adentraba desde que se estrenó, en 2005, Los dos lados de la cama. Sin embargo, esta vez el tono de comedia es diferente, más real.
El otro lado de la cama y su continuación tenían la peculiaridad de mezclar el musical con la farsa, unas situaciones esperpénticas que funcionaron de maravilla en taquilla. “Este tono viene de la literatura clásica española, del sainete, del cine de Alfredo Landa, de Lina Morgan”, explica el director. “El espectador manejaba a la perfección ese lenguaje exagerado y agradeció además que el tema a tratar, ese amor libre, fuera totalmente actual y opuesto a todo lo que se había hecho antes”, añade. Sin embargo, Martínez Lázaro defiende el tinte realista de La montaña rusa, su undécima película, la que define como la más importante “hasta que llegue la siguiente”.
“Se trata de una historia pequeñita, estaba saturado tras dirigir a trece mujeres. Esta tiene raíces más anglosajonas, es más irónica”. En ella se vuelve a profundizar en temas como el amor, la amistad y la inmadurez sexual. “Es como Woody Allen, habla siempre de los mismos temas contándolos de maneras muy diferentes”, resalta Daniela Féjerman, coguionista del filme.
Y por primera vez la gran protagonista principal es una mujer, no un chico: Verónica Sánchez. Ella, y los dos actores masculinos de la cinta, Alberto San Juan y Ernesto Alterio, son ya viejos conocidos del director: los tres compartieron cartel en Los dos lados de la cama, y han participado en dos películas más 
del realizador madrileño.



En La montaña rusa tres amigos de la infancia vuelven a encontrarse, surgiendo entre ellos un triángulo amoroso que gira en torno a la cama. Ada, insatisfecha sexualmente desde siempre, encuentra en Luis a un hombre para el que el sexo no es lo más importante, en el que confiar, con el que mantener una relación estable. Y cuando todo parecía perfecto, llega Loren para descubrirle el placer. “Ella anda confusa, con una idea del sexo que no se corresponde con su realidad”, explica la actriz Verónica Sánchez en la rueda de prensa en la que estuvo presente PONTE EN PIE. “Por fin conoce al personaje de Alberto San Juan, parece que está a gusto con él, que no necesitan acostarse juntos todo el tiempo”. Pero no porque tenga problemas o cualquier tipo de represión, simplemente es que el chico no tiene apetito sexual. “El problema es que ella está fingiendo, porque aunque haga ver lo contrario, Ada sí que necesita sexo”, dice Alberto San Juan.
Una comedia, escrita a cuatro manos entre el propio director y Daniela Féjerman, que ha dirigido películas como Semen, una historia de amor o A mi madre le gustan las mujeres. “Nunca hubiera hecho esta historia sin una coguionista femenina”, dice Martínez Lázaro, que destaca que se ha tratado del rodaje más fácil de su vida porque los actores habían ensayado mucho, con la que el director, independientemente de los resultados que consiga en taquilla, lo que pretende es hacer disfrutar al público. “El objetivo es emocionar, divertir… ambas cosas”, concluye.

lunes, 5 de marzo de 2012

Imprescindibles: El Pianista de Roman Polanski



Volvemos a nuestros queridos Imprescindibles, esos que siempre estarán ahí y de los que hacía ya algún tiempo que no hablábamos. Lo hacemos con una película dura, muy dura y con un director polémico y envuelto en un misterio absoluto. Hoy hablamos del Pianista.
Estrenada en el año 2002 y protagonizada por un Adrien Brody en el mejor papel de su carrera, El pianista nos muestra sin descaro ni vendas la crudeza del mundo nazi y lo hace desde el punto de vista de un Judío, el pianista Władysław Szpilman que se ve obligado a trasladarse a un Ghetto en Varsovia donde los Alemanes abusan de su poder haciendo masacres y torturando a una población muerta en vida. La película obtuvo un gran éxito de público y crítica, estando nominado a siete Oscar y ganando tres, (Director, Actor Principal y Guión Adaptado) y logrando que Roman Polanski se hiciera, despues de tres intentos, con un premio de la académia.
Polanski siempre atrae, eso no hay duda. Es un director experto en crear ambientes clautrofóbicos, en encerrar a sus actores en espacios cerrados y agobiantes y transmitir esa sensación al público. Lo hizo en su primera película, El cuchillo en el agua, (1962), una historia que transcurre en un barco con tres actores y lo vuelve a repetir en su último éxito Un Dios Salvaje donde encierra a cuatro actores en una casa de Nueva York. También lo hace en el Pianista, solo que aquí, el escenario es un poco más grande, al menos aparentemente, porque la sensación que invade al espectador desde los primeros minutos de la cinta es más claustrofóbica si cabe que cualquier otra, logrando un efecto desesperante y angustioso para el público. Es una película Oscura, hecha con colores azulados y negros, unos colores que se clavan en la retina con algunas imágenes escalofriantes que te inundan y se clavan dentro durante varios días.
En El Pianista todo es destrucción y masacre a medida que la cinta avanza y el desasosiego se transforma en absoluta desolación en los geniales minutos finales. No es una película más sobre la segunda guerra mundial y sus consecuencias, añade algo hasta ahora no contado y es la experiencia de un judío dentro de uin Ghetto y su relación con el mundo que le rodea. No es una película fácil, ni de ver ni de hacer, por eso la convierte en una cinta imprescindible, tanto en forma como en fondo, por su particularidad y su guión, perfectamente creado.
Parte del éxito se debe, además,  a Adrien Brody, un actor algo mediocre, que sin embargo sale muy bien parado en esta cinta. Lo cierto es que es una pena, porque en El pianista roza la perfección, sin caer en el melodrama, narra una historia perfecta y consigue llegar a todo el público, por sus ojos en los que se adivina dolor y sufrimiento y, en menor medida, también algo de esperanza. Algo que no vuelve a suceder en ninguna de sus películas posteriores que van desde la vergüenza ajena, (Manolete) hasta la más absoluta deshonrra, (Medianoche en París). Un actor que tendrá dificil remontar el vuelo, visto lo visto.
También es destacable la banda sonora, compuesta por Wojciech Kilar, un compositor polaco maestro en pentagramas inundados de sonidos de cuerda y responsable de bandas sonoras como Drácula de Francis For Coppola, una de las mejores bandas sonoras de la historia.
Curiosidades:
  • Para preparar su personaje Adrien Brody se aisló completamente de su entorno y de su familia. Perdió 15 kilos gracias a un régimen a base de proteínas, vendió su apartamento, regaló su coche y cortó con su novia, con la que había convivido durante ocho años
  • No es la primera vez que Polanski había pensado en llevar el drama de los judíos al celuloide. A principios de los noventa, el cineasta fue sondeado para dirigir "La lista de Schindler" a lo que se negó ya que consideró que el resultado sería demasiado doloroso. Por ello, cedió el proyecto a Steven Spielberg, "para que dirigiera el filme según su propia versión de los hechos". Pero diez años más tarde, cuando parce que esos fantasmas del pasado se han superado, recupera uno de los episodios más crueles de la historia del siglo pasado


No es una película agradable, pero sí muy necesaria. Nos enseña el horror tal y como es y a veces, también es necesario conocerlo para no volverlo a repetir.

sábado, 3 de marzo de 2012

Premios Oscar 2012. Con acento Francés


Después de unos días sin escribir en el blog, (pedimos perdón, hemos tenido una semana intensa), no queríamos dejar de comentar esta gala en la que por fín sus premios hacen justicia y nos dejan momentos inolvidables.
La ceremonia empezó al estilo Crystal, con un video en el que el presentador de la gala se metía de lleno en algunas de las películas nominadas, y las parodiaba con bastante buen humor. Genial el momento del beso con Clooney y el disfraz de Tintín.

En general Billy Crystal fue correcto, nada más. Noemí, que es la experta de estas ceremonias, me comentaba hace poco que este presentador en realidad siempre es correcto y que quizás antes era perfecto y ahora buscamos algo más. En cualquier caso dió lo que se esperaba de él y nos ofreció una gala más dinámica y divertida que la anterior, (que tampoco era dificil). Recurrió a sus recursos de siempre, video introductorio, canciones con los nominados y ese momento que tanto nos gusta en el que lee los pensamientos de los actores que están en el teatro. (estamos seguros que con Nick Nolte acertó plenamente, después de perder por tercera vez el Oscar)


Una ceremonia entretenida gracias a la espectacular escenografía, al genial número del Circo del Sol y a los actores que participaron en las presentaciones y que nos hicieron pasar ratos divertidos.
En cuanto a los premiados, por primera vez fue lo que tuvo que ser. Octavia Spencer, muy emocionada, (las malas lenguas dicen que demasiado) dedicó el Oscar a su familia. Christopher Plummer, se convirtió en el actor más veterano en ganar una estatuilla, Solo tengo dos años menos que tú, dijo el actor a su Oscar algo emocionado. Jean Dujardin fue el primer actor francés en ganar un Oscar, por fín pudimos oirle hablar y la gran Meryl Streep, que ganó nuestros premios, también se alzó con el Oscar a la mejor actriz protagonista con un teatro en pié aplaudiéndola:

 The Artist ganó cinco premios, incluyendo el Oscar a Mejor Película y Director, siendo la primera película francesa en ganarlo y la segunda de toda la historia en hacerlo por una cinta muda. Empató en premios con Hugo, pero como se esperaba esta última solo consiguió los premios técnicos. La película de animación española Chico y Rita y el compositor Alberto Iglesias no pudieron ganar esta vez pero españa si estuvo representada con el premio al mejor Guión Original para Woody Allen en Medianoche en París.
Una noche casi perfecta que nos deja a todos la sensación de que esta vez, los académicos sí han acertado

 
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