Yo ya sabía que iba a ser una película dura, durísima, pero quizá no me esperaba que lo fuera tanto. Durante casi tres horas podemos ver la historia de un grupo de presos que huyen de un campo de concentración siberiano en la Rusia de 1939. Los fugados atravesaron Siberia, llegando al Himalaya, luego atravesaron el desierto de Gobi, cruzaron el Tibet y se instalaron en la India. Vamos, caminaron los mismos kilómetros que los peregrinos del Camino de Santiago.
Cuidadosamente rodada, en mi opinión es una verdadera obra de arte del director Peter Weir, que nos narra una durísima historia con cierta dulzura que es difícil de conciliar con la dureza de la realidad que tuvieron que vivir los protagonistas.
Las interpretaciones son auténticamente magistrales, aunque no de todos los actores. Saorise Ronan, la única mujer del reparto, intenta, que no consigue, impregnar a su personaje de cierta inocencia aunque sin perder la fortaleza que una persona necesita para emprender semejante viaje. Finalmente su personaje se queda a mitad de camino, convirtiéndolo en algo soso y sin gracia. Todo lo contrario que Ed Harris y Colin Farrell. El primero indudablemente mejor actor que el segundo, aún así Colin Farrell aporta una dura interpretación que sobrecoge al espectador. De Ed Harris, pocas palabras le harían justicia a un hombre que lo ha hecho todo, y todo bien, en el mundo del cine. Esta película no es una excepción, casi merece la pena verla, solo por él.
Los paisajes que nos enseña, te sobrecogen cuando lo tienen que hacer, y te impresionan cuando es necesario. Casi se podría considerar otro personaje más, y merecedor de algún premio.
Lo mejor: Es difícil decidir. Ed Harris, Colin Farrell, el director Peter Weir, la fotografía y el guión. Conclusión, casi todo el merecedor de ser lo mejor.
Lo peor: En momentos puntuales se hace un poco lenta y si pierdes la concentración, incluso correrías el riesgo de perder las ganas de seguir viendo la película, menos mal que solo son unos minutos y rápidamente vuelves a la trepidante historia humana que el director y los actores tan magistralmente nos muestran.
No debéis perdérosla, es un auténtico sacrilegio. Dentro de unos años, como casi todos los clásicos, será considerada una joya del cine. La taquilla no la acompañó, pero tampoco lo hizo en su momento con clásicos como Casablanca y ahora es imprescindible verlos. Con esta película ocurrirá lo mismo.
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