
Los personajes están desarrollados con complejidad y mucha
maestría, les coges cariño de manera inmediata aunque se tratan de los
monstruos que nos han atormentado durante todos los años que duró nuestra
infancia, y en algunos casos también en los años de nuestra madurez.
Un novedoso guión donde se nos nuestra a los bondadosos
monstruos temerosos de encontrarse con los crueles humanos que les hacen daño.
¡¡La vida al revés!!. Para huir de sus más oscuros temores, los monstruos se aíslan
en un hotel construido en el más remoto rincón de Transilvania para que ningún
humano se cruce jamás con ellos. Para la desgracia del sobreprotector padre
Drácula, en un terrible despiste un mochilero se cuela en su paraíso super
seguro y, para más desgracia suya, se enamora de su sobreprotegida hija.
Por comenzar a describir a los personajes, el que más me
gustó y con el que más me reí fue el agotado, malhumorado y padre de familia
muy, muy, muy numerosa hombre lobo, que se presenta al comienzo de la cinta con
una familia que supera los 20 niños, revoltosos, traviesos y terriblemente
agotadores. Con una acentazo andaluz que tira de espaldas, te pones de su parte
inmediatamente y te partes de risa de paso.
Otro de los personajes de los que te enamoras al instante es
el buenazo Frankenstein, acompañado por su dominante mujer que están
magistralmente doblados por la pareja en la vida real Alaska y Mario Vaquerizo.
Veo un futuro prometedor de la pareja como dobladores de películas de
animación.
La relación entre Drácula y el mochilero es una de las más
especiales de la historia. Drácula pasa del terror más absoluto por lo que
representa el joven a comenzar a disfrutar de su forma de ver el mundo. Es
divertido ver a Drácula con otra perspectiva vital.
En definitiva, no os la perdáis, ni hagáis que vuestros
hijos se la pierdan, es una gran opción para estas fechas navideñas, una gran
historia a disfrutar en familia.
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