Resacón en las Vegas II de Todd Phillips.

Teniendo en cuenta la clase de película que se trata, una locura disparatara para pasar un rato riéndote de las trastadas a las que los guionistas someten a los actores, y disfrutar pensando en lo fáciles que son las despedidas de solteros en la vida real, la película es divertida y merece la pena.
Los tres actores protagonistas pasan una serie de calamidades horribles cuando en realidad lo único que ellos pretendían era tomar unas cervezas en una paradisiaca playa en Tailandia. Dentro de lo inverosímil del guión, las interpretaciones no están nada mal, incluso destacando en algún caso concreto. Bradley Cooper, el guaperas de la manada de lobos, vuelve a estar mucho más atractivo lleno de porquería que elegantemente vestido. Ed Helms, el histérico dentista nos regala varios momentos muy divertidos, igual que en la primera parte de la saga, mientras que Zach Galafianakis, el que debería ser el cómico del grupo, en esta película aparece bastante soso y sin gracia. Se está especializando en hacer papeles de fumados descontrolados que arruinan la vida de los que le rodean, aunque luego se gana su cariño. Pues en esta ocasión, lo hace muy aburrido.
Lo que no entiendo es, después de lo que vivieron en la primera parte, que casi no salen vivos de sus aventuras en Las Vegas. ¿Cómo se les ocurre irse de despedida de solteros a Tailandia?.
Lo mejor: Todo lo que tienen que pasar los chicos después de que se les fuera de las manos, otra vez, una despedida de soltero. ¡¡Qué tranquila resulta nuestra vida al lado de la de estos chicos!! Y que mala leche tienen los guionistas.
Lo peor: Zach Galafianakis, que resulta monótono y muy poco original.
La primera parte es muy buena y bastante difícil de superar, y esta segunda parte no lo ha conseguido. Pero ha alcanzado un gran nivel, por lo que merece la pena sentarse cómodamente en una buena sala de cine y disfrutar de las torturas a las que los guionistas someten a los actores.

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