jueves, 14 de marzo de 2013

Desde un pequeño rincón de Madrid: Crisis





Crisis de ideas

Como ya todos conocemos, la galardonada como Mejor Película del año en la pasada Gala de los Oscars, los premios más importantes del cine que entrega cada año la academia del cine de Hollywood, fue la gran triunfadora en taquilla y crítica, Argo ,dirigida e interpretada por Ben Affleck, ese hombre, de cualidades un poquito limitadas ante la pantalla, se va destapando cada vez más como un nombre a tener en cuenta tras ellas. Y es que la mieles del éxito no sólo le están lloviendo encima por éste trabajo, recordemos que tanto en su trabajo como guionista por El indomable Will Hunting, como por sus trabajos en la dirección de Adios pequeña adios y The Town: ciudad de ladrones, fue premiado y jaleado por el mundillo del cine. Personalmente, y creo que todos coincidiremos en ello, me resulta su mejor película con mucha diferencia, seguida de cerca por Ciudad de ladrones, pues a pesar de que nos está contando un suceso histórico que conocemos de sobra, una historia que sabemos cómo va a terminar incluso antes de darle al play a la cinta, una historia que ya ha sido tratada antes por el cine, consigue presentarnos una historia solvente, con personajes muy trabajados, un elenco actoral de primer nivel y , lo más importante de todo, situaciones de un estrés extraordinario, un suspense que transmite al espectador hasta el final de la película. Y ésto es lo realmente difícil y meritorio del asunto, chapeu.

El año pasado, si no recuerdo mal, también tuvimos una película que venía pisando con pies de plomo para convertirse en un éxito de crítica y taquilla, si bien es cierto que algunas circunstancias hacen difícil el paralelismo, pronto veremos que podemos compararlas. Me refiero a la propuesta de Drive que el director danés Nicholas Winding Rfn (director de la trilogía Pusher) nos presentó con ese Ryan Gosling hierático y la magnífica y preciosa Carey Mulligan, curiosamente también con Brian Cranston de secundario. En este caso veíamos un ejemplo típico de cine negro, también con toques del thriller, como la anterior película de Affleck, que también mantiene una cierta tensión y una historia solvente.

La cuestión que me planteo es que veo en Argo un homenaje al cine de espionaje de los años 70, aquéllas películas como Los tres días del Cóndor o incluso alguna versión del mismo conflicto en Irán, mientras que el caso de Drive resulta un homenaje, desde la historia misma hasta la banda sonora, a las películas negras que proliferan en los años 80, con toques más alejados al clasicismo de los años 70 y 60 (con respecto al cine negro insisto). Y ambos ejemplos han tenido un enorme éxito en nuestras pantallas y blogs, es incuestionable. Pero yo me planteo una cuestión, ¿es que acaso no había películas sensiblemente superiores a éstos homenajes en sus respectivas épocas? y siendo así, ¿qué le ocurre al cine, a sus historias, actualmente que tenemos que regresar a épocas pasadas para intentar copiar lo que en ellas era el pan nuestro de cada día?. Ojo, no se me malinterprete mi opinión, creo que ambas son claros ejemplos de un buen ejercicio cinematográfico, pero demando originalidad, demando grandes historias y un nivel de calidad mayor en las producciones que llegan a nuestras pantallas. Porque historias como las de Drive y Argo las encontramos en sus respectivos tributos a porrón. Creo que es realmente justo que Argo reciba el galardón a la mejor película, porque posiblemente lo es, pero creo que la competencia que tenía frente a sí no era para tirar cohetes, me parece muy similar a lo que ocurrió con En tierra hostil, de la Bigelow.
No dejo de leer en revistas especialidadas de cine la indignación de sus directores y editores (y cito expresamente a CINEMANÍA y ACCIÓN) ante las críticas del espectador medio hacia el precio del cine, 9 euros de media nada más y nada menos. Y a éstos señores sólo se les ocurre recomendar a los espectadores que "se compren un par de zapatos menos para poder gastar ese dinero en el cine". Tras contener la náusea y evitar hacer una visita al retrete sólo se me ocurre censurar a estos pseudo-predicadores y recordarles que retomen el rumbo que sus publicaciones habían iniciado, que era el de ensalzar el CINE y no alejarse de los espectadores, pues los espectadores SOMOS cine. Pues señores míos, creo que la respuesta debería provenir de productoras y directores, de esa crisis de ideas, de ideales incluso, que vive el cine actualmente. No todo ello, seguimos encontrando algún oasis en el desierto, y nuestro cine patrio creo que es de los pocos que se lanza a la piscina en muchos sentidos, de lo cual me siento orgulloso, pero exijamos más y más desde nuestra posición de críticos y espectadores.

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