miércoles, 27 de marzo de 2013

La Fila 11: Los amantes de Almodóvar


Esta vez el nuevo estreno de Pedro Almodóvar me ha pillado muy lejos. Esta distancia me ha permitido ver todo (excepto la película, por desgracia) con otros ojos. Es curioso como uno de los mejores directores del mundo es capaz de crear tantas pasiones, positivas y negativas. Ahí tenemos, por ejemplo, a Carlos Boyero (que se cree uno de los mejores críticos de cine del país, el tío mierda, cuando he leído a bloggers con mayor capacidad de análisis que él) criticando cada película de Almodóvar fielmente desde hace ya unos cuantos años. Ha criticado sin pudor obras mayores como La piel que habito, Los abrazos rotos.... También están los admiradores incondicionales del manchego, que se rindieron a sus pies incluso con La mala educación, que no está a la altura de sus otras películas. En realidad, unos y otros, tanto los que están a favor como en contra son, realmente, los amantes de Almodóvar, debido a esa relación apasionada, medio clandestina en algunas veces, de la que hablar con la gente que te rodea, esa relación que se te mete en la cabeza y en el corazón y despierta amores y odios y ojalás, ojalá vuelvas grande como siempre u ojalá no vuelvas nunca.

Por lo que he podido leer sobre Los amantes pasajeros estamos ante una película más ligera, un reencuentro con sus comedias ochenteras, una vuelta de tuerca del universo hiperbólico almodovariano que tantas risas ha despertado. Unos dicen que la película entraña más de lo que aparenta, otros que se le ha ido la mano. Lo que parece claro, es que parece un balón de oxígeno y un punto de inflexión tras sus dos últimas películas, cargadas de peso y profundidad. Estoy deseando verla. Estoy deseando que llegue a esta Bolivia donde me encuentro ahora para poder emitir mi juicio.

Pero si este mes he decidido a escribir en La Fila 11 sobre Pedro Almodóvar no es para centrarme en su último filme, no. Quería escribir porque él es uno de los directores de referencia de la cinematografía contemporánea, ganador de dos premios Oscars (uno como Mejor Película de Habla No Inglesa por la obra maestra Todo sobre mi madre y otro al Mejor Guión Original por la impecable Hable con ella). Aquí en España ha mantenido una relación de amor-odio con los académicos, que a veces han obviado su buen hacer, su genialidad.

Almodóvar es un creativo despilfarrador y certero, un director milimétrico con sus actores, de los que saca siempre lo mejor, más que lo mejor, un loco capaz de dar vida y luz a historias esperpénticas, delicadas o imposibles, y hacerlo con una veracidad que fascina. Él es parte fundamental del cine español, el mejor director que tenemos, digan lo que digan, lo ha demostrado a lo largo de las décadas, porque se hace camino al andar.

Su cine forma parte de la Historia de un país, el mío, que tan lejos me queda hoy. Su cine da voz a varias generaciones y ha retratado los diferentes estratos de la sociedad, especialmente de una parte de la sociedad compuesta por mujeres, por mujeres de la Castilla más profunda, por las mujeres cosmopolitas de Madrid, mujeres ricas, mujeres de la calle, mujeres de la casa.

Almodóvar es un director de referencia. Un director imprescindible. Por eso, sin saber todavía qué me parecerán sus amantes pasajeros, sé que no me defraudará en absoluto, y si ésta, quizá, no sea una de sus mejores obras, habrá que esperar con esa pasión que siempre despierta las siguientes en el que será el último tramo de su madurez creativa, su, esperemos, cénit cinematográfico. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Hansel y Gretel de Tommy Wirkola


Parece que está de moda el cine fantástico de todos los colores, más oscuro, más romántico o más infantil, pero la cuestión es que las películas fantásticas nos rodean.
En esta ocasión me toca hablar de Hansel y Gretel, el clásico cuento de nuestra infancia que se vuelve adulto. La pareja de hermanos supera el hecho traumático que marcó su infancia para convertirse en los más eficaces cazadores de brujas que hay en el mundo.
Estamos ante un oscuro relato con algo más de violencia que la que me hubiera gustado, ya sabéis que la violencia excesiva me supera, pero la cinta me llamaba la atención y decidí hacer de tripas corazón y verla de todas maneras.
Me encontré con una historia trepidante y que no da descanso para que puedas relajarte. La pareja protagonista goza de una grandísima química, aunque la parte más floja de la pareja es la actriz Gemma Arterton, a la que todavía le queda un largo camino que sin duda completará con éxito y se convertirá en una grandísima actriz. Por otro lado, Jeremy Renner se convierte en una de las estrellas de acción con más proyección para los próximos años, con grandes sagas de mucho éxito proyectadas para próximo estrenos como son, la segunda parte de Los Vengadores y la segunda parte de la nueva saga del agente Bourne. Gracias a estas dos cintas y algunas más que tiene guardadas en la recámara, no será difícil verle en los próximos años.
Pero en la película de la que me toca hablar hoy, la pareja protagonista despliega toda su potencia física en escenas trepidantes, pero con un guión algo predecible lo que le hace perder algo de fuerza. Una cinta llena de malos, malísimos. Buenos, buenísimos. Y secretos, que te esperas desde el primer minuto.
En definitiva, entretenida pero no demasiado, merece la pena pagar por verla sino esperas demasiado de ella, por esperar, esperar solo entretenimiento puro y duro.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Ciudades de cine: San Francisco


CIUDADES DE CINE: SAN FRANCISCO.

Cuando visité San Francisco reconozco que me enamoré de la ciudad al instante, uno de mis objetivos es volver a visitarla lo antes posible. Es una ciudad de gran colorido, muy alegre y también con un estilo de vida muy europeo, cosa que no ocurre en otras ciudades de Estados Unidos. Pero el objetivo de este reportaje es hablar de la vinculación de ciertas ciudades con el mundo del cine. Quien visite San Francisco reconocerá perfectamente ciertos lugares que aparecen en muchas películas y series de muchísimo éxito.
Como primer ejemplo podría nombrar la película de éxito rotundo La Roca, rodada en el año 1996 enteramente en San Francisco y protagonizada por actores de la talla de Sean Connery, Nicolas Cage y Ed Harris. 

El primer escenario es claro, Alcatraz. La película rodó gran parte de su metraje en la cárcel de verdad. Desde el muelle número 33 de Fisherman´s Wharf sale un barco que en unos 15 minutos y por el módico precio de unos siete dólares recorrerá el mismo camino que, en su momento hicieron cientos de los más peligrosos criminales de la época. Una vez que desciendes del barco comienzas a reconocer ciertos lugares que aparecen en la película. Desde dentro de la misma cárcel es muy fácil reconocer el pasillo de las celdas donde los soldados encierran a los civiles y, por cierto, ese guarda tan rechoncho que les invita a meterse en las celdas no existe, realizas la visita con una audio guía en el idioma que elijas y por tu cuenta. Pero es una gran escena, cómica y dramática a la vez.
Bueno, ya estamos dentro de la cárcel y cuando comienzas a recorrer el primer piso, en un lateral hay una puerta que te lleva directamente al patio donde Sean Connery se entrega a Ed Harris. Es un gran plató donde se rodó una de las películas más taquilleras de 1996, sin embargo, debo reconocer que la visita a la cárcel me dejó un poco decepcionada. Es claustrofóbica y tiene un olor muy característico a metal que llega a marear. Yo esperaba encontrarme a Sean Connery o a Ed Harris y solo encontré una cárcel, otra vez será.
Otro de los lugares donde se grabó la película fue el Palacio de las Artes. 


Un conjunto de edificios construidos en 1915 al aire libre rodeados de un pequeño parque donde el personaje interpretado por Sean Connery se reúne con su hija. Este pequeño palacio que se construyó para la Exposición del Pacífico, inspirado en el clasicismo de Grecia y Roma se sitúa muy cerca del famoso puente colgante Golden Gate está en el distrito de La Marina. Justo antes de este encuentro, el personaje interpretado por el ex agente 007 más famoso del mundo destroza media ciudad durante una persecución entonces, poca ciudad puedes ver ya que es trepidante y muy rápida. No puedes dejar de mirar los coches de gran cilindrada saltando por las empinadas cuestas típicas de la ciudad y las explosiones a su alrededor, ¿Quién no ha visto alguna vez en la gran pantalla esos coches saltando en los repechos de las cuestas y cayendo al asfalto entre chispas y chatarra suelta?. Es una de las escenas clásicas del cine moderno. 
Un pequeño detalle cinematográfico, en la película Vértigo del genial Alfred Hichcock, la protagonista vive en el 900 de Lombart Street. Y os preguntareis, ¿qué tiene de especial esa calle?. Pues aunque no os lo creías seguramente es la calle más visitada y fotografiada de la historia, y no es para menos, impresiona. 


No quisiera yo vivir en uno de los número superiores y tener que subir andando esa cuesta, con esas curvas tan cerradas cada vez que quisiera entrar a mi casa. Pero Lombart Street es una calle muy larga comenzando en El Presidio y terminando en el barrio de Embarcadero, pero esta calle es famosa por su sinuoso tramo que se centra entre Russian Hill y Hyde Street.
Cerca de la ciudad, cruzando el famoso puente colgante que se ha convertido en símbolo de la ciudad nos podemos encontrar con un maravilloso bosque con árboles centenarios que se levantan más de 70 metros. Es justo en este maravilloso entorno, rodeados de Secuoyas gigantes donde se rodó una de las escenas de El origen del Planeta de los Simios, la escena en la que César, el inteligente y sensible simio que convive con el protagonista se desfoga y crece saltando por las ramas de los milenarios árboles. 


Muir Woods, que es así como se llama el parque nacional, es muy accesible. Hay multitud de excursiones programadas que te llevan directamente al bosque y también al pueblo de Sausalito. Una excursión indispensable si visitas la ciudad.  
  
Por dejar un poco de lado el cine, aunque no puedo acabar este reportaje sin recomendaros La Roca, una grandísima película de acción, vamos a pasar a la televisión donde varias series han utilizado los maravillosos escenarios naturales que les ofrece la mágica ciudad. El primer ejemplo es una de las míticas series familiares de finales de los años 80 principio de los 90 Padres Forzosos. Si bien la serie en si era grabada en estudios cerrados situados en Los Angeles, en la cabecera de la serie se pueden ver los más característicos paisajes de la ciudad, como por ejemplo el enorme poste promocional de Fisherman´s Wharf, muy cerca del famoso Pier 39, donde los leones marinos descansan ajenos a la multitud de miradas que se posan en ellos.


Casi cualquier línea de tranvía te deja cerca de este centro comercial flotante repleto de tiendas, restaurantes, actuaciones callejeras y hasta un centro de mamíferos marinos. Por mentar una simple curiosidad que me llamó poderosamente la atención fue la existencia de una tienda de artículos de navidad que abre sus puertas los 365 días del año, ¡¡increíble!!. En la parte final de la cabecera se puede ver uno de los lugares más visitados de la ciudad, Las casas Gemelas. Cinco casas victorianas donde supuestamente vivían los protagonistas de la historia. Estas maravillosas casas están en el parque Alamo Square, justo en una plaza del mismo nombre. No son difíciles de encontrar, solo hay que seguir a los turistas que van a visitarlas. Cuando estuve allí en persona una pregunta cruzó mi cabeza, ¿cómo llevarán las personas que viven en esas casas tener siempre a muchos turistas sacando fotos a su fachada?. Fue una de las cosas que más me gustó de la ciudad. 


Cambiando de serie, vamos a pasar a una un poco más moderna. La serie de la que hablo relanzó la temática de las brujas y la magia narrando las aventuras y desventuras de tres hermanas de gran poder, Las Embrujadas. Uno de los lugares donde las hermanas y su luz blanca o protector meditan es en lo alto del famoso puente Golden Gate.


Este magnífico puente tiene 7,9 kilómetros de largo y une desde 1937 San Francisco con el condado de Marín. Si te encuentras con un día despejado, cosa que es algo complicada en San Francisco, la vista general de este puente es impresionante y además visible desde casi cualquier parte de la ciudad. Nadie se puede ir de allí sin visitarlo.
Poco más os puedo decir sobre escenarios de cine en San Francisco, pero se han rodado muchísimas más películas y series que las que he nombrado aquí, como por ejemplo Copycar, el Dr. Dolittle, Dulce noviembre, X-Men: La decisión final y Entrevista con el vampiro.
Quizá deberíais ver todas estas películas y tratar de encontrar algún lugar que os suene de las multitud de imágenes que siempre habéis visto de la ciudad y, por supuesto, jamás perdáis la oportunidad de visitarla en persona.
San Francisco me robó el corazón en cuando puse un pie allí y sé, que nunca me lo devolverá.

jueves, 14 de marzo de 2013

Desde un pequeño rincón de Madrid: Crisis





Crisis de ideas

Como ya todos conocemos, la galardonada como Mejor Película del año en la pasada Gala de los Oscars, los premios más importantes del cine que entrega cada año la academia del cine de Hollywood, fue la gran triunfadora en taquilla y crítica, Argo ,dirigida e interpretada por Ben Affleck, ese hombre, de cualidades un poquito limitadas ante la pantalla, se va destapando cada vez más como un nombre a tener en cuenta tras ellas. Y es que la mieles del éxito no sólo le están lloviendo encima por éste trabajo, recordemos que tanto en su trabajo como guionista por El indomable Will Hunting, como por sus trabajos en la dirección de Adios pequeña adios y The Town: ciudad de ladrones, fue premiado y jaleado por el mundillo del cine. Personalmente, y creo que todos coincidiremos en ello, me resulta su mejor película con mucha diferencia, seguida de cerca por Ciudad de ladrones, pues a pesar de que nos está contando un suceso histórico que conocemos de sobra, una historia que sabemos cómo va a terminar incluso antes de darle al play a la cinta, una historia que ya ha sido tratada antes por el cine, consigue presentarnos una historia solvente, con personajes muy trabajados, un elenco actoral de primer nivel y , lo más importante de todo, situaciones de un estrés extraordinario, un suspense que transmite al espectador hasta el final de la película. Y ésto es lo realmente difícil y meritorio del asunto, chapeu.

El año pasado, si no recuerdo mal, también tuvimos una película que venía pisando con pies de plomo para convertirse en un éxito de crítica y taquilla, si bien es cierto que algunas circunstancias hacen difícil el paralelismo, pronto veremos que podemos compararlas. Me refiero a la propuesta de Drive que el director danés Nicholas Winding Rfn (director de la trilogía Pusher) nos presentó con ese Ryan Gosling hierático y la magnífica y preciosa Carey Mulligan, curiosamente también con Brian Cranston de secundario. En este caso veíamos un ejemplo típico de cine negro, también con toques del thriller, como la anterior película de Affleck, que también mantiene una cierta tensión y una historia solvente.

La cuestión que me planteo es que veo en Argo un homenaje al cine de espionaje de los años 70, aquéllas películas como Los tres días del Cóndor o incluso alguna versión del mismo conflicto en Irán, mientras que el caso de Drive resulta un homenaje, desde la historia misma hasta la banda sonora, a las películas negras que proliferan en los años 80, con toques más alejados al clasicismo de los años 70 y 60 (con respecto al cine negro insisto). Y ambos ejemplos han tenido un enorme éxito en nuestras pantallas y blogs, es incuestionable. Pero yo me planteo una cuestión, ¿es que acaso no había películas sensiblemente superiores a éstos homenajes en sus respectivas épocas? y siendo así, ¿qué le ocurre al cine, a sus historias, actualmente que tenemos que regresar a épocas pasadas para intentar copiar lo que en ellas era el pan nuestro de cada día?. Ojo, no se me malinterprete mi opinión, creo que ambas son claros ejemplos de un buen ejercicio cinematográfico, pero demando originalidad, demando grandes historias y un nivel de calidad mayor en las producciones que llegan a nuestras pantallas. Porque historias como las de Drive y Argo las encontramos en sus respectivos tributos a porrón. Creo que es realmente justo que Argo reciba el galardón a la mejor película, porque posiblemente lo es, pero creo que la competencia que tenía frente a sí no era para tirar cohetes, me parece muy similar a lo que ocurrió con En tierra hostil, de la Bigelow.
No dejo de leer en revistas especialidadas de cine la indignación de sus directores y editores (y cito expresamente a CINEMANÍA y ACCIÓN) ante las críticas del espectador medio hacia el precio del cine, 9 euros de media nada más y nada menos. Y a éstos señores sólo se les ocurre recomendar a los espectadores que "se compren un par de zapatos menos para poder gastar ese dinero en el cine". Tras contener la náusea y evitar hacer una visita al retrete sólo se me ocurre censurar a estos pseudo-predicadores y recordarles que retomen el rumbo que sus publicaciones habían iniciado, que era el de ensalzar el CINE y no alejarse de los espectadores, pues los espectadores SOMOS cine. Pues señores míos, creo que la respuesta debería provenir de productoras y directores, de esa crisis de ideas, de ideales incluso, que vive el cine actualmente. No todo ello, seguimos encontrando algún oasis en el desierto, y nuestro cine patrio creo que es de los pocos que se lanza a la piscina en muchos sentidos, de lo cual me siento orgulloso, pero exijamos más y más desde nuestra posición de críticos y espectadores.

lunes, 4 de marzo de 2013

Aquí y Allá de Antonio Méndez Esparza


El pasado viernes se estrenó Aquí y Allá, una co-producción entre España, Mexico y EEUU que viene abalada por el premio Fipresci de la semana de la crítica en el último festival de Cannes. 

La historia ha sido retratada ya en alguna ocasión. Nos habla del regreso, de la vuelta a casa tras una emigración obligada, de todo lo que se queda en el camino después del duro trance y de esa vida a medias que transforma el mundo del individuo que se va y también de los que se quedan. Sin embrago, algo diferente nos enseña este director: con una mirada subjetiva pero tremendamente real, casi rodado como un documental, nos muestra el universo completo de una familia rota, sin dramas ni excesos; esa cotidianidad  pura que sin gritos ni lágrimas consigue traspasar la pantalla con una mirada rota por el dolor ante el fracaso y la desilusión de volver a empezar. Una película cargada de silencios compartidos, de momentos familiares y de amistades rotas por el paso del tiempo.

Gran parte de ese logro en su realismo se debe al reparto, todo actores no profesionales que le aportan ese tono documental y llenan y atraviesan la pantalla con su verdad. Mención especial para Pedro De los Santos, que borda un papel complejo y difícil y lleva, además, todo el peso de la película.

Aquí y allá es un canto a la desesperada, un llanto sordo que no se ve pero se siente y mucho. Un drama actual, muy bien contado y narrado de forma brillante.


 
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